En este nuevo año, recibimos a una nueva persona defensora en el marco del Programa Catalán de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos, de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo.
Damos la bienvenida a Lilia Prado, defensora de la tierra y de los derechos de la mujer indígena. La defensora proviene de la Comunidad de Nahuatzen, en la Meseta Purépecha, en el Estado de Michoacán. Esta región caracterizada por el nivel de violencia desde la llamada “Guerra contra el narcotráfico”, en 2006, que sólo en el mes de enero alcanzó 139 asesinatos registrados. Es este entorno caracterizado por la inseguridad, voces como la de Lilia Prado reivindican el reconocimiento de la identidad colectiva p’urepecha y la autogestión del territorio bajo sus usos y costumbres.
Además, su llegada coincide con la liberación de los concejales José Antonio Arreola y José Luis Jiménez objetos de una campaña de desprestigio, hostigamiento, amenazas y represión que culminó en su detención, en 2018. El movimiento de defensa del territorio de la comunidad de Nahuatzen se fortaleció, en 2015, con la formación del Consejo Ciudadano Indígena de Nahuatzen, después de una ola de problemas sociales entre grupos políticos y el crimen organizado. A pesar de que no ha habido una asunción expresa de las violaciones a los derechos humanos y al debido proceso de las autoridades judiciales del estado de Michoacán, la Suprema Corte de Justicia Nacional ordenó su liberación el 9 de febrero, unanimidad.
La joven Lilia Prado ha estado activamente implicada en el movimiento de libre determinación de Nahuatzen formando parte del Consejo Menor trabajando directamente con la comunidad, como canal de comunicación con el Consejo Mayor. Asimismo, como Coordinadora de Mujeres en Cuidado del Medio Ambiente promueve acciones que reviertan en la mejora de vida de las y los integrantes de la comunidad. Destacan las iniciativas del colectivo de mujeres artesanas apicultoras Api-Nahu constituido por 12 mujeres cuida y protege a las abejas y defiende la preservación de los bosques, tratando que no exista el cambio de uso de suelo para la siembra de monocultivo de aguacate en el municipio, así como evitar el uso de pesticidas en los cultivos de papas y aguacate.